Vieja cadena

Se sienta y llora su pena.

Devora los retales perdidos,

heridos por el olvido de una vida ajena.

Ella espera su beso, cautiva en la prisión de cristal.

Le enajena su furia, su cuerpo fatal.

Su vieja cadena le mantiene preso,

hiriéndole en cruel espiral.

La hiel de un recuerdo recorre su cara,

recuerda el paso de aquel que nunca se para,

le odia y resiente la vida pasada,

mas por mucho que quiera, no puede cambiar.

Se siente mercancía usada,

un mero recuerdo en la memoria del mar.

Su llama le quema, le pesa y le hiere

hasta que decide qué quiere:

vengarse de aquel que jamás esperó,

y así planeó su huida, su fuga final.

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